Un documental que despierta cierta suspicacia política. Por un lado, el pueblo amazónico. Su naturaleza, sus tierras, su historia y costumbres. Por otro lado, el Gobierno. Sus intereses, su autoridad y clara muestra de querer apropiarse de algo sin dialogar. No hay ni víctimas ni agresores. Ambas partes muestran sus defectos, pese a que en ciertos momentos pareciera que estamos ante un tirano (Alan García) que solo le interesa el dinero y nada más que dinero.

El relato está visto desde la perspectiva de Alberto Pizango, natural de la Amazonía que ve como el gobierno, sin previa consulta, ha decidido ofrecer los terrenos de la selva a inversores extranjeras para que puedan explotar las diversas riquezas que ahí se encuentran. Es así como vemos que un pequeño malestar se agranda de tal forma que termina transformándose en un desastre total.

Lo que percibo de este documental son dos cosas: la ausencia total del diálogo por parte del Gobierno (y su falta de criterio para resolver conflictos sociales), y el poco liderazgo de un hombre que debió estar con los suyos y no en la capital, en mi opinión. Así pues, basándose en archivos audiovisuales vemos como el conflicto se agrava hasta el punto de llegar al nefasto evento del hoy conocido como "Baguazo", en donde perdieron la vida pobladores y policías. 

El documental sirve como un recordar de lo que pasó aquella vez y una muestra de como se maneja de mala manera los conflictos sociales en nuestro país. La ausencia de diálogo, los intereses económicos de por medio y la falta de astucia por parte de la autoridades pertinentes, ocasionan que trágicos eventos como éste ocurran cada cierto tiempo en nuestro país. La desinformación, la subjetividad y la mala leche también son parte de este problema y lo vemos en el documental. Medios de comunicación que intentan informar los sucesos tirando desde un lado (en este caso el Gobierno), autoridades del Estado que marginan a los indígenas e intentan tapar errores culpando a otros y esa mala leche presente en estos tiempos, en donde lo que vale más es encontrar dinero rápido y no buscar lo mejor para todos.

Es cierto, es un tema bastante político, pero lo que saco de este documental es que ya debemos dejar de pensar en los bolsillos y mirar más a nuestra tierra. De que se puede hacer inversión sin joder a nadie, se puede. Entidades del Estado como Activos Mineros, por citar algún ejemplo, son clara muestra de que hay preocupación por difundir responsabilidad en la inversión, ya sea minera, petrolera o de lo que sea. Se avanza de a poco, pero bueno.. así son las cosas en el país, en donde es increíble que tenga que morir alguien para que las cosas se solucionen.

El choque de dos mundos tiene que verse y no solo en el cine, también en escuelas, universidades o institutos. Tiene que mostrarse lo que no debe pasar en esta clase de conflictos y tenemos que aprender que debemos cuidar nuestro país y no solo pensar en el bienestar económico. Sí puede lograr que ambas cosas convivan en armonía, hay que informarnos nomás.

Dirigida por Heidi Brandenburg y Mathew Orzel.