"Memento" inicia con una foto apagándose lentamente, como un recuerdo que lentamente se va borrando. Así es la memoria de Leonard (Guy Pearce), quien por causa de un golpe a la cabeza, quedó con esta complicación: Es incapaz de almacenar nuevos recuerdos. Pues bien, este "accidente" lo tuvo cuando en una noche, despertó y escuchó unos gritos. Esos gritos provenían de su baño, donde un tipo estaba violando a su esposa. De inmediato le disparó al tipo, pero no se dio cuenta que había un segundo, el cual lo derribo de un fuerte golpe en la cabeza, dejándolo con esa lesión en el cerebro. A raíz de todo esto, Leonard se empeña en buscar a este tipo, porque él asesino a su esposa y busca vengarse.  

Nolan  cuenta una historia de fin a principio. Altera el orden narrativo y vamos viendo una película que comienza con el final y termina con el inicio. También vemos una historia paralela (filmada en blanco y negro) que busca contar parte de la historia, pero situándonos en otro espacio temporal. Es ahí donde poco a poco uno va agarrando manija de la forma como Nolan la cuenta. Al final, uno se queda maravillado por el repentino giro que da la historia.

Nolan pareciera que escarba demasiado en ciertas enfermedades psicológicas y en cosas oníricas, antes de filmar una película. La forma en como cuenta el problema y el sufrimiento del "paciente-protagonista", es creíble y realmente formidable.

Nolan no ingresa al mundo de los sueños, pero sí a una pesadilla amnésica en la que se encuentra su principal personaje, el cual, en medio de olvidos, intenta sobrevivir a un mundo sin recuerdos. A un mundo en donde intenta hallar la respuesta a su gran interrogante: ¿quién mato a Catherine, su esposa?