Aronofsky no es un director que se encargue de realiza películas por mero espectáculo y ganarse un buen líquido de taquilla, es un realizador preocupado en el tema de fondo y que trabaja muy bien en lo audiovisual. Películas como "Requiem por un sueño" o "El cisne negro" nos dan una idea de como es la chamba de este gran director. Es por eso que me llamó la atención ver como tocaba un tema religioso que de por sí me parece más relacionado con lo fantástico, que cuesta creer que en verdad sucedió.

El hombre no es perfecto. Ni el más bueno de los buenos. Cada uno tiene su parte mala, su conducta inequívoca. Aquella que sale cuando lo emocional inunda la razón y explaya sentimientos pasajeros que no conocen de justicia, respeto y obediencia. La película muestra a un Noé que no es del todo justo y solidario con su prójimo. Se llega a ver cómo es que la justicia divina del Creador no siempre es aceptada por todos. No es siempre bien vista y no, por lo general, es la opción más indicada y agradable que se vea.

El hombre no aprende de sus errores y siempre intenta seguir lo que piensa y lo que decide. El Creador es una especia de creencia que aparece en la vida de muchos hombres sólo cuando la muerte, lo negativo y el miedo sobresalen en nuestra existencia.

Me gustó mucho la actuación de Russel Crowe, que se comió la pantalla cuando la cámara lo encuadraba. Más allá de ser un relato bíblico, la historia no resulto tener aquellos cánones clásicos que tienen este tipo de cintas, más bien Aronfosky empleo sus recursos audiovisuales a cada momento, dándole mucha vida, ritmo y juventud a la historia.

Más allá de que la historia le choque a varios creyentes exagerados, creo que es un punto de vista bastante digno de elogiar sobre un pasaje de la Biblia que más tiene de ficción y fantasía, que de realidad. 

Dirigida por Darren Aronofsky.