Finalizando este pequeño homenaje al gran Woody por su cumpleaños, me toca comentarles la experiencia que tuve con una de sus últimas películas.
Es sabido que el filma una película por año. Que escribe y dirige sus propias obras. Que ya no actúa hace buen tiempo y que pese a tener 78 años, sigue siendo tan lúcido como siempre. Esta vez se amparó en la bella ciudad de Paris para contar una historia que pudo haber sido ambientada tranquilamente en su natal New York, pero tal parece que la atmósfera parisina se prestaba demasiado para que su relato tenga esa alegría y belleza que me causó. El inicio es bello. Es un collage de imágenes de la capital francesa, con una música de fondo que se presta para admirar más aun a la ciudad y mostrarnos sus calles, sus plazas, su gente, sus monumentos, sus días, sus noches, su sol, su lluvia..... una manera de decirnos: "Este es París señores".
- la ciudad que siempre soñó
El segundo punto para destacar es la excelente participación de Owen Wilson, quien me hace recordar demasiado a Woody Allen en "Manhattan" o "Annie Hall". En ese aspecto, el actor supo capturar esa esencia de escritor harto del mundo moderno y ser adepto a aquel clasicismo que percibe de París y que espera lo influya en la obra que está escribiendo.
Y es que su personaje, Gil Pender, es un escritor que está por terminar una nueva novela, y viaja con su prometida Inez, y la familia de ella, a París, antes de su boda. Se da cuenta lo maravillosa que es la ciudad, deseando quedarse a vivir ahí. El único problema es ella, quien se siente mas segura en Estados Unidos (siendo exactos, en Malibú) y no comparte la misma percepción de la ciudad que su novio.
En este viaje conoce un poco más de lo que en verdad le gusta, del arte francés de aquella década, de sus costumbres, de las noches bohemias, de consejos de la novela que escribe y de la aparición de una bella Adriana (Marion Cotillard) quien lo flechará al instante, quedando en su cabeza la inseguridad de saber si está o no enamorada de su novia Inez.
La película no decae y por ratos se muestra graciosa. La representación de cada personaje es divertida e interesante. Se nota en cada escena, el gusto de Woody por aquel París clásico. Aquella ciudad que tanto le influenció en sus inicios en el cine. Aquella predilección por lo que fue el pasado (la aparición de personajes que el propio Allen admira, como Hemingway, T.S. Elliot, Buñuel, Dalí, Picasso, entre otros). Su férrea crítica al presente. Una historia que convence, que es bella en cuanto ambientes y retrata de gran forma los años 20s. La actuación de todo el elenco es impecable (se nota la mano de Allen en la dirección de ellos), sobretodo de Owen Wilson, quien casi es un calco de aquel Woody actor que muchos conocemos, pero que intenta darle su sello personal, y lo llega a lograr perfectamente.
"Medianoche en París" es una de la mejores películas del director neyorquinos en la última década. Después de "Match Point" no encontraba otra cinta de Allen que me invite a seguir pensando lo genial que es este director. Un apasionado del cine, que siempre escribe y dirige una cinta por año. Esta vez se mandó un buen rollo y nos dice que sigue más vivo que nunca y que tiene para rato.
Felizmente.
Dirigida por Woody Allen.